Ilusiones


"No existe ningún problema que no te aporte simultáneamente un don.
Busca los problemas porque necesitas sus dones."

"Justifica tus limitaciones y ciertamente las tendras"

Richard Bach - Ilusiones

martes, 13 de marzo de 2012

EL ORDEN Y EL CAOS

Tercer volumen de la trilogía El Señor del Tiempo.

Louise Cooper (1952-2009)


PERSONAJES :



TAROD, 
Iniciado del Séptimo Grado y Señor del Caos.

CYLLAN, de las Grandes Llanuras del Este.

JEHREK BANAMEN TOLN, 
Sumo Iniciado, jefe del Círculo

KERIDIL TOLN, su hijo y sucesor.

YANDROS, uno de los Señores del Caos

SASHKA VEYYIL, 
novicia de la Hermandad de Aeoris.

THEMILA GAN LIN, iniciada del Circulo.

La dama KAEL AMION
superiora de la Hermandad de Aeoris.

TAUNAN - GREVARD
viejo médico del Castillo de la Estrella.

HERMANA ERMINET ROWALD - INISTA JAIR, 
novicia de la Hermandad.

AEORIS (el más grande de los Siete Dioses del Orden)

FENAR ALACAR, el Alto Margrave.

LOS FANAANI - animales de sangre caliente, del tamaño de un hombre y de aspecto casi felino, pero de cuerpo largo y lustroso, patas cortas y palmeadas, adaptadas para la vida acuática, seres telepáticos.


El Orden y el Caos, es el tercer volumen con el que se cierra la trilogía El señor del tiempo. En esta tercera parte de la epopeya protagonizada por el joven Tarod, el héroe se enfrenta a una situación amenazante de la que son víctimas el propio Tarod y su enamorada, la bella Cyllan: una sobrecogedora tormenta ha arrebatado a la muchacha del Castillo al que había sido arrojada por otro Warp. El valiente Tarod no puede perder ni un momento, ha de localizar a su amada antes de que lo haga el Círculo y además, el anillo donde va prendida su alma.


Los seguidores de Aeoris convocan el Cónclave de los Tres en el Santuario de la Isla Blanca para abrir el cofre de Aeoris, mientras tanto Cyllan ha sido capturada en la Provincia de Perspectiva y va a ser ejecutada pero Tarod que la ha buscado afanosamente llega a la ciudad y como componente del Circulo logra llegar hasta ella y también conseguir por fin la piedra, restaurando así todo su poder y su ser vuelve a estar completo de nuevo. Rescata a Cyllan y los dos huyen salvándose por el momento de sus enemigos.


Los dos se enteran de la celebración del Cónclave y Tarod decide dirigirse a la Isla Blanca y ponerse en manos del mismo Aeoris. En sueños Yandros se comunica con él para tratar de convencerle pero no lo logra y  se despiede de él diciéndole "Entonces, sigue tu camino. Inclínate ante la corrupción del Orden y aprende la lección a la que te ha condenado tu vida mortal. Yo no puedo dominarte, debo confesarlo, pues lo sabes también como yo y en los viejos tiempos no había secretos entre nosotros. Ve, pues. habla al demonio de Aeoris. Confíate a su misericordia. ¡y donde había siete habrá seis!.... Lloraremos tu muerte".


Más tarde en el mismo instante que se oye la llamada los Guardianes desde la Barca Blanca para conducirles a la Isla, Cyllan es capturada de nuevo por Keridil y llevada a bordo de la Bailarina Azul, que se dirige hacia la Barca Blanca, donde suben todos poco después para dirigirse a la Isla.


 Tarod que ha sentido mentalmente cuando ella ha sido capturada y hacia donde la llevan, se pone en contacto con los Fanaani y estos le conducen a la isla. Los tres componentes del Conclave, Cyllan,  Shaska y otros seguidores se dirigen al Santuario, lugar donde ha realizarse la ceremonia, allí va también Tarod.


La ceremonia empieza y a la llamada del Sumo Iniciado, Aeoris aparece tomando la figura de un alto y apuesto guerrero, Tarod expone su caso pero el Señor Blanco no muestra piedad alguna, ni para él ni para Cyllan y les dice que serán aniquilados, y Tarod empieza a recordar las palabras que Yandros le dijo en sueños "Has visto injusticias, fanatismo, persecuciones, asesinatos, todo perpetrado en nombre del Orden. Ponte a merced de Aeoris y donde eran siete, serán seis". Y Tarod comienza a pensar no como hombre, sino mucho más: con una experiencia y una sabiduría inhumanas que le advierten de las consecuencias de dejar que la balanza se desequilibre irremediablemente. El día debe ser contrarrestado con la noche; el calor con el frío; el amor por el odio... y los Siete deben ser contrarrestados por los Siete.



Tus caminos predilectos están volviendo al árido polvo del que nacieron. Era como si Yandros estuviese a su lado y le hablase en voz alta y Tarod recordó las palabras con terrible claridad "Sin el Caos no puede haber verdadero Orden." Tarod  levanta la mano izquierda que sostiene el anillo; aplica la piedra sobre su corazón y ve que la confianza arrogante de Aeoris es sustituida por el asombro... y entonces comienzan a encenderse dentro de él las primeras llamas de poder. Conoce la puerta y sabe lo que hay detrás de ella. Un grito brota de su garganta al abrirse de golpe la puerta que le había separado de su herencia y el poder estalla en su interior y una luz tan negra como era blanca el aura de Aeoris emana de su alta y lúgubre figura. Ya no es un ser humano.


Entonces Tarod habla con una voz que es un murmullo cambiante y sibilante, que extre su propia esencia de dimensiones incomprensibles - ¿Me conoces, Aeoris del Orden? - Te conozco, Caos. ¡Y te destruiré! - Si puedes, Señor Blanco, ¡Si puedes!


Los Señores del Caos volverán a ser Siete y después de largos siglos de espera, reivindicaran su lugar en el mundo. Miró a Aeoris y habló suavemente pero con helado orgullo - Parece que has olvidado, mi Señor de la Vida y de la Muerte, que tú y cada uno de tus hermanos tenéis uno que os hace sombra en el reino del Caos - y mirando a las seis figuras que acompañaban a Aeoris - Me preguntó cuál de esos grandes príncipes se hace llamar "el Señor del Tiempo" Me gustaría conocer a mi gemelo blanco.


Aeoris con los ojos centelleantes le contestó - Te atreves a burlarte de los dioses que te otorgaron la vida.


- ¡Los dioses del Orden no me otorgaron nada! - interrumpió Tarod - Hay otro Señor de la Vida y de la Muerte, otro que viene ahora a desafiarte. - Y es a él a quien debo fidelidad. Y levantó la cabeza mirando a través de la oscuridad y sonriendo, pronunció suavemente una sola palabra - YANDROS.


El gran Señor del Caos tomó forma humana. Cabellos de oro, largos y revueltos, caían sobre sus hombros - Mi hermano del Tiempo. Has aprendido... y vuelves a estar entero.


Dirigiéndose a Aeoris, Yandros dijo - Yo te saludo, viejo amigo. Hacia tiempo que no nos veíamos - Este le amenazó diciendo - y pasará mucho más hasta que volvamos a vernos, ¡porque te enviaré a un lugar del que nunca volverás!.


Yandros, sonrió - Tal vez. Pero tienes que contar con mis hermanos - levantó una mano


- Con el Caos está el Fuego. y un personaje apareció a su izquierda, viva imagen del orgullo, del desdén, de un veneno increíble.


- Con el Caos está el Agua y apareció otra figura con los cabellos del color de la hierba podrida, y ojos de loco.

- Con el Caos está el Aire y surgió un ser con los cabellos blancos y cara de ave de rapiña..

- Con el Caos está la Tierra, esta vez era un ser muy parecido a Yandros.

- Con el Caos está el Espacio, y una sombra más negra que cualquier negrura apareció recortándose sobre la roca.

- Y por último el Tiempo - dijo mirando a Tarod - Desafíanos, viejo amigo, ¡o vete al infierno!.

Y LA BATALLA COMENZO .... EL WARP AULLO - Y POR FIN TODO TERMINO...

 ¡EL CAOS HABÍA TRIUNFADO...!



Cuando todo paso Tarod buscó con la mirada a Cyllan y esta se dirigió hacia él, pero alguien a su espalda, sin que Tarod pudiera evitarlo la atacó; era Sashka; con un cuchillo y sin que nadie pudiera evitarlo, la hoja se clavó en el corazón de Cyllan, que cayó al suelo, con sus ojos mirando a la nada. Tarod se dirigió hacia Sashka y con todo su poder poco a poco, torturándola, la destruyó. Tarod les odió a todos y ese odio podía obligarle a destruir de nuevo, pero se contuvo, de nada serviría la venganza, Ni siquiera del Caos podía resucitar a los muertos. Tomo en sus brazos a Cyllan y murmuró con voz entrecortada - ¡Malditos seáis ..! ¡Malditos seáis todos!


Más calmado, volvió a llamar a Yandros, y le explicó lo que había aprendido al ser humano, que "El Equilibrio es lo importante, que el Orden no puede prevalecer sobre el Caos, ni el Caos sobre el Orden, porque todo volvería a esta mal de nuevo".


Yandros le miró, comprendiendo por fin que esa era la verdad, y fijándose en el cuerpo inerte de Cyllan, le preguntó - ¿Tanto significaba para ti?. No me respondas como hombre ni como Señor del Caos. Respóndeme como Tarod, que es ambas cosas. Los ojos verdes de Tarod se entrecerraron doloridos y desvió la mirada. Yandros suspiró. Miró a Cyllan y extendió su mano izquierda, al principio pareció una ilusión pero Cyllan parpadeó y un sonido suave brotó de sus labios y su cuerpo se puso tenso. la inteligencia inundó sus ojos ambarinos y murmuro una palabra, apenas audible - TAROD.



-  Esperaba, como lo hacía cada atardecer, la tormenta sobrenatural vendría rugiendo del norte en el momento del ocaso, sentía un extraño afecto por el lúgubre y negro Castillo, contenía recuerdos que le gustaba contemplar, en los confines de sus paredes aprendió mucho, sufrió mucho y finalmente recobró la memoria de su propia y verdadera naturaleza. Y también encontró el alma humana por la que estuvo dispuesto a sacrificarlo todo.


Ella se movió a su lado y él sintió su sonrisa. Aquí, en un reino más allá de la comprensión humana pero que era ahora el suyo, eligió adoptar la forma de una mujer de cabellos pálidos, cara solemne y ojos ambarinos, en la que solamente la resplandeciente ropa del Caos que envolvía su cuerpo delgado desmentía la ilusión de humanidad. Eligió aquella imagen porque sabía que a él le gustaba; él se volvió hacia ella y adoptó una forma que completaba la suya, cabellos negros y ojos verdes que la miraban afectuosamente al atraerla hacía si y estrecharla con fuerza...



Esta trilogia es una de mis favoritas, os la recomiendo.





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