SENCILLOS DESEOS Hoy quisiera tus dedos escribiéndome historias en el pelo y quisiera besos en la espalda, acurrucos, que me dijeras las mas grandes verdades o las mas grandes mentiras que me dijeras por ejemplo que soy la mujer mas linda del mundo que me querés mucho, cosas así tan sencillas tan repetidas, que me delinearas el rostro y me quedaras viendo a los ojos como si tu vida entera dependiera de que los míos sonrieran alborotando todas las gaviotas en la espuma. Cosas quiero como que andes mi cuerpo camino arbolado y oloroso, que seas la primera lluvia del invierno dejándote caer despacio y luego en aguacero. Cosas quiero como una gran ola de ternura deshaciéndome un ruido de caracol un cardumen de peces en la boca algo de eso, frágil y desnudo como una flor a punto de entregarse a la primera luz de la mañana o simplemente una semilla, un árbol un poco de hierba una caricia que me haga olvidar el paso del tiempo, la guerra, los peligros de la muerte.
INVOCACIÓN A LA SONRISA
Dame la ternura desde el sueño, dame ese cucurucho de sorbete que tenés en la sonrisa, dame esa lenta caricia de tu mano. Yo te daré pájaros que cantarán tu nombre desde lo más alto de los árboles. Te daré piñas, zapotes, nísperos, enredaré maizales en tu pelo. Yo invocaré los dioses de nuestros antepasados para que caigan tormentas, para que miedosos y cogidos de la mano, miremos la furia del rayo y del relámpago. Yo tejeré ilusiones con ramitas y hierbas, tocaré las rocas para que brote agua y nos bañemos, yo haré poemas, cantos, mi amor, cuando me hayas mirado, cuando corra las cortinas del sueño, cuando me coma el sorbete de tu sonrisa.
YO, LA QUE TE QUIERE
Yo soy tu indómita gacela, el trueno que rompe la luz sobre tu pecho. Yo soy el viento desatado en la montaña y el fulgor concentrado del fuego del ocote. Yo caliento tus noches, encendiendo volcanes en mis manos, mojándote los ojos con el humo de mis cráteres. Yo he llegado hasta vos vestida de lluvia y de recuerdo, riendo la risa inmutable de los años. Yo soy el inexplorado camino, la claridad que rompe la tiniebla. Yo pongo estrellas entre tu piel y la mía y te recorro entero, sendero tras sendero, descalzando mi amor, desnudando mi miedo. Yo soy un nombre que canta y te enamora desde el otro lado de la luna, soy la prolongación de tu sonrisa y tu cuerpo. Yo soy algo que crece, algo que ríe y llora. Yo, la que te quiere. TU RECUERDO SE ENREDA A MI ALREDEDOR Tu recuerdo se enreda a mi alrededor como una manta cobijándome del frío, brilla con mi cuerpo en el silencio mojado de esta tarde en la que te escribo, en la que puedo hacer nada más que pensarte y decir tu nombre en secreto, para dentro de mi boca envolviéndolo en el recinto de mis dientes, mordiéndolo hasta gastarle las letras, hasta gastar tanto nombre tuyo que me ha ido acompañando, para volver a revivirlo arrullándome yo misma con tu voz y tus ojos, meciéndome en este tiempo sin horas en que te quiero, en que amo cada minuto que ha quedado impreso en mi memoria para siempre.
Insomnio con palabras De noche las palabras transcurren de puntillas discretas andan entre los objetos temerosas del ruido se descalzan Sobre mis hombros insomnes aletean el poema me saca de la cama Tanto silencio rodea mis dos manos estas que forman signos señales de humo lazos para llegar a otros y atravesar misteriosas distancias Quiero decir que vivo quiero decir que quiero que sufro que me río que soy un amasijo de mujer al filo de la noche y el desvelo Mujer de pájaros de estaciones de blanco y negro Poeta mujer ávida de palabras en un país con un idioma extraño.
La Calzada del Gigante o de los Gigantes (The Giant's Causeway) fue descubierta en 1963. Es una zona cubierta por unas 40.000 columnas de basalto en formas hexagonales y pentagonales, creadas por el enfriamiento relativamente rápido de lava en un cráter o caldera volcánica, que tuvo lugar hace unos 60 millones de años. Está situada en la costa nororiental de la isla de Irlanda, a unos 3 km al norte de Bushmills en el Condado de Antrim, Irlanda del Norte. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986 y Reserva Natural Nacional en 1987.
La formación de columnas basálticas esta originada por el enfriamiento de lava incandescente cuando el volcán o caldera cesan en su actividad eruptiva. Este enfriamiento da origen a la formación de basalto, con números cristales bastante pequeños debido a que su enfriamiento fue muy rápido y con una presión mucho más débil que la que soportan las rocas ígneas que dan lugar a la formación de granito a mayores profundidades: de hecho, el basalto se va formando en la superficie de la lava en el cráter o caldera y va progresando en profundidad. A medida que el basalto va formándose disminuye su volumen y se forman prismas generalmente hexagonales cuya separación compensa la disminución de su volumen. Más tarde, la erosión va actuando primero sobre las rocas de los alrededores debido a que el basalto es mucho más resistente, quedando al descubierto dichas columnas.
Existe una leyenda irlandesa sobre la formación de esta calzada. Según cuenta la historia había dos gigantes, uno de Irlanda llamado Finn MacCool y otro en las costas escocesas en el mar de Moyle conocido como Bennandoner, que se llevaban muy mal y no se tenían ninguna simpatía, continuamente se tiraban rocas el uno al otro. Con el tiempo estas rocas fueron formando un camino de piedras sobre el mar.
El gigante escocés Bennandoner decidió cruzar por el camino de rocas para derrotar a su adversario, pues se consideraba mucho más fuerte que Finn. La mujer de este, Oonagh vio cómo el gigante escocés se iba acercando y tuvo miedo, así que decidió vestir a su marido con ropa de bebé. Al llegar el escocés la mujer le ofreció una taza de té, advirtiéndole que tuviera cuidado de no despertar al bebe. Bennandoner al ver que el bebé era enorme, pensó que su padre sería el triple de grande, así que huyó pisando muy fuerte para que las rocas se hundieran en el mar y el otro gigante no pudiera conseguir llegar hasta Escocia. Quedando en nuestros días solamente el principio y el final de la calzada.
Escritor, traductor e intelectual, nació en Bruselas (Bélgica) el 26 de agosto de 1914. A los cuatro años se trasladó con sus padres a Argentina, donde vivió su infancia, adolescencia y parte de su juventud. En 1951 se marcha a París y empieza a trabajar como traductor para la Unesco y realiza sus primeras publicaciones.
Una de sus trabajos más alabados es la traducción de la obra completa, en prosa, de Edgar Allan Poe para la Universidad de Puerto Rico y que es considerada por numerosos críticos como la mejor traducción de la obra del escritor estadounidense.
Su obra está llena de una mezcla de fantasía y realidad. Principalmente escribió relatos, cuentos, novelas y también excelentes poemas. Algunas de sus obras más conocidas son "Bestiario", "Final del juego", "Historias de Cronopios y de Famas" “Rayuela” "62, modelo para armar", "La vuelta al día en ochenta mundos" y "Salvo el crepúsculo", entre otras, todas ellas le han convertido en uno de los escritores más leídos de nuestro tiempo. Muere en París el 12 de febrero de 1984.
UNA IDEA
Una idea incandescente se me vino esta mañana una antorcha que flameaba en lo alto de mi mente pero sola y sin refuerzos tal vez pierda la batalla ya librada de hace tiempo por tu brillo y un cobarde un cobarde que vacila entre el olvido y tras la nada que vacila tras tus pasos y tu melódica mirada que se pierde encandilado tras el grito de tus ojos que se aturde enceguecido tras el brillo de tu nombre que se esconde tras las letras de algún otro nombre y aún así no se atreve a gritar de quien se esconde que hace frente tan valiente a enredadas tempestades y se escapa como un niño al descubrirse a tu lado que amanece al medio día y se duerme al despedirte que susurra tan potente y que grita tan despacio que camina tan de prisa y con los ojos bien cerrados sin valor por la cornisa que conduce a tu palacio Una idea de coraje se me vino esta mañana de sentarnos frente a frente y quitarme el camuflaje de soplar mis emociones y transformarlas en palabras en palabras que te expliquen como cae el agua helada Una idea tan sublime como tantas que me diste tan tardía y predecible como tantas he tenido pero sola y sin refuerzos de valor y otros aliados ha perdido la batalla ya es de noche ya te fuiste.
Atahualpa Yupanqui
El árbol, el río, el hombre de Julio Cortázar
HAPPY NEW YEAR Mira, no pido mucho, solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme así contento. Necesito esa puerta que me dabas para entrar a tu mundo, ese trocito de azúcar verde, de redondo alegre. ¿No me prestas tu mano en esta noche de fin de año de lechuzas roncas? No puedes, por razones técnicas. Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo, el durazno sedoso de la palma y el dorso, ese país de azules árboles. Así la tomo y la sostengo, como si de ello dependiera muchísimo del mundo, la sucesión de las cuatro estaciones, el canto de los gallos, el amor de los hombres. EL FUTURO Y sé muy bien que no estarás. No estarás en la calle, en el murmullo que brota de noche de los postes de alumbrado, ni en el gesto de elegir el menú, ni en la sonrisa que alivia los completos de los subtes, ni en los libros prestados ni en el hasta mañana. No estarás en mis sueños, en el destino original de mis palabras, ni en una cifra telefónica estarás o en el color de un par de guantes o una blusa. Me enojaré amor mío, sin que sea por ti, y compraré bombones pero no para ti, me pararé en la esquina a la que no vendrás, y diré las palabras que se dicen y comeré las cosas que se comen y soñaré las cosas que se sueñan y sé muy bien que no estarás, ni aquí adentro, la cárcel donde aún te retengo, ni allí fuera, este río de calles y de puentes. No estarás para nada, no serás ni recuerdo, y cuando piense en ti pensaré un pensamiento que oscuramente trata de acordarse de ti.
CEREMONIA RECURRENTE
El animal totémico con sus uñas de luz,
los ojos que junta la oscuridad debajo de la cama,
el ritmo misterioso de tu respiración, la sombra
que tu sudor dibuja en el olfato, el día ya inminente.
Entonces me enderezo, todavía batido por las aguas del sueño,
vuelvo de un continente a medias ciego
donde también estabas tú pero eras otra,
y cuando te consulto con la boca y los dedos, recorro el
horizonte de tus flancos,
(dulcemente te enojas, quieres seguir durmiendo, me
dices bruto y tonto,
te debates riendo, no te dejas tomar pero ya es tarde, un
fuego de piel y de azabache, las figuras del sueño)
el animal totémico a los pies de la hoguera
con sus uñas de luz y sus alas de almizcle.
Y después despertamos y es domingo y febrero.
ME CAIGO Y ME LEVANTO
Nadie puede dudar de que las cosas recaen. Un señor se enferma, y de golpe un miércoles recae. Un lápiz en la mesa recae seguido. Las mujeres, cómo recaen. Teóricamente a nada o a nadie se le ocurría recaer pero lo mismo está sujeto, sobre todo porque recae sin conciencia, recae como si nunca antes.
Un jazmín, para dar un ejemplo perfumado. A esa blancura, ¿de dónde le viene su penosa amistad con el amarillo? El mero permanecer ya es recaída: el jazmín, entonces. Y no hablamos de las palabras, esas recayentes deplorables, ni de los buñuelos fríos, que son la recaída clavada.
Contra lo que pasa se impone pacientemente la rehabilitación. En lo mas recaído hay siempre algo que pugna por rehabilitarse, en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda, en los poemas de Pérez, en Pérez.
Todo recayente tiene ya en si un rehabilitante pero el problema, para nosotros los que pensamos nuestra vida, es confuso y casi infinito.
Un caracol segrega y una nube aspira; seguramente recaerán, pero una compensación ajena a ellos los rehabilita, los hace treparse poco a poco a lo mejor de sí mismos antes de la recaída inevitable.
Pero nosotros, tía, ¿cómo haremos, cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído si por la mañana estamos tan bien, tan café con leche, y no podemos medir hasta dónde hemos recaído en el sueño o en la ducha? Y si sospechamos lo recayente de nuestro estado, ¿cómo nos rehabilitaremos?
Hay quienes recaen al llegar a la cima de una montaña, al terminar su obra maestra, al afeitarse sin un solo tajito; no toda recaída va de arriba a abajo, porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa cuando ya no se sabe dónde se está. Probablemente Ícaro creía tocar el cielo cuando se hundió en el mar epónico, y Dios te libre de una zambullida tan mal preparada. Tía, como nos rehabilitaremos?
Hay quien ha sostenido que la rehabilitación sólo es posible alterándose, pero olvidó que toda recaída es una desalteración, una vuelta al barro de la culpa. En efecto somos lo más que somos porque nos alteramos, salimos del barro en busca de la felicidad y la conciencia y los pies limpios.
Un recayente es entonces un desalterante, de donde se sigue que nadie se rehabilita sin alterarse. Pretender la rehabilitación alterándose es una triste redundancia: nuestra condición es la recaída y la desalteración, y a mi me parece que un recayente debería rehabilitarse de otra manera, que por lo demás ignoro. No solamente ignoro eso sino que jamás he sabido en qué momento mi tía o yo recaemos.
¿Cómo rehabilitarnos, entonces, si a lo mejor no hemos recaído todavía y la rehabilitación nos encuentra ya rehabilitados? Tía, ¿no será ésa la respuesta, ahora que lo pienso? Hagamos una cosa: usted se rehabilita y yo la observo.Varios días seguidos, digamos una rehabilitación continua, usted está todo el tiempo rehabilitándose y yo la observo. O al revés, si prefiere, pero a mi me gustaría que empezara usted, porque soy modesto y buen observador.
De esa manera, si yo recaigo en los intervalos de mi rehabilitación, mientras que usted no le da tiempo a la recaída y se rehabilita como en un cine continuado, al cabo de poco nuestra diferencia será enorme, usted estará tan por encima que dará gusto. Entonces, yo sabré que el sistema ha funcionado y empezaré a rehabilitarme furiosamente, pondré el despertador a las tres de la mañana, suspenderé mi vida conyugal y las demás recaídas que conozco para que sólo queden las que no conozco, y a lo mejor poco a poco un día estaremos otra vez juntos, tía, y será tan hermoso decir:
"Ahora nos vamos al centro y nos compramos un helado, el mío todo de frutilla y el de usted con chocolate y un bizcochito.